Última actualización febrero 23, 2019
Este 28 de mayo se recuerda a Rosario Vera Peñaloza, creadora del primer jardín de infantes de Argentina. ¡Un saludo y agradecimiento a todas las maestras que cuidan a lo más chiquitos con tanto amor, dedicación y vocación!
Cada 28 de mayo se celebra en nuestro país el Día de los Jardines de Infantes y el Día de la Maestra Jardinera en conmemoración a la precursora y defensora de la educación de niños, Rosario Vera Peñaloza.
Para celebrarlo, los jardines de distintos puntos de país se suman con festejos y pequeñas muestras de afecto dirigidas a las personas que eligieron llevar adelante esta tan noble profesión.
¿Quién fue Rosario Vera Peñaloza?
Rosario Vera Peñaloza nació en Atiles, a 9 km de Malanzán, en la Costa Alta de los Llanos de la Rioja, el 25 de diciembre de 1873, hija de Eloy Vera Pereyra y de Mercedes Peñaloza y Jauregui, era nieta paterna de Francisco Nicolás Vera y Herrera, los cuales eran miembros de una prestigiosa y extensa familia de hacendados de dicha localidad que la vinculaba familiarmente con los primeros pobladores hispanos de los Llanos riojanos, los de Ávila, los Sánchez de Balderrama, los Vergara y los Peñaloza (era bisnieta de Nicolás Peñaloza el que por vía del primer matrimonio de éste fue a su vez abuelo del General Ángel Vicente «Chacho» Peñaloza).
Fue la menor de cuatro hijos, no llegando a conocer a su único hermano varón quien falleció al poco tiempo de haber nacido. Quedó huérfana de padre a los 10 años de edad, y su madre falleció pocos años después; terminó sus estudios primarios en la escuela de las hermanas Villascuse San Juan donde residió en la vivienda de sus parientes próximos. Regresó a su provincia natal en 1884, ingresando en la Escuela Normal de La Rioja fundada ese mismo año por Annette Haven y Bernice Avery, maestras norteamericanas traídas por Sarmiento. Trasladada a la ciudad de Paraná, estudió profesorado siendo alumna y discípula de Sara Eccleston, obteniendo el Título Superior de Enseñanza en 1894. En esta ciudad litoraleña comenzó su ejercicio en la docencia; una sobrina suya, Veneranda, la acompañó en los primeros pasos de su labor docente, donde se destacó por su talento y su carácter enérgico aunque a su vez pausado.
En 1900 fundó el Jardín de infantes anexo a la Escuela Normal de La Rioja, el primero de una larga serie de Jardines fundados en las ciudades de Buenos Aires, Córdoba y Paraná.
En 1906 fue vice directora de la Escuela Normal de La Rioja, ocupando el mismo cargo en la Escuela Provincial «Alberdi» de Córdoba en 1907.
Directora de la Escuela Normal Nº1 de Buenos Aires entre 1912 y 1917, sustituía a cualquier profesor que faltaba.
Fue nombrada inspectora de las escuelas municipales. Dictó cátedras de pedagogía y matemáticas en la Escuela Normal «Del Divino Maestro», incorporada al profesorado de Lenguas Vivas.
Recorrió Argentina impulsando la enseñanza, dictando cursos y conferencias y transmitiendo las nuevas técnicas en la creación de bibliotecas. Participó también del Primer Congreso Patriótico de Señoras en América del Sud, realizado en mayo de 1910 en Buenos Aires.
En 1931 creó el Museo Argentino en el Instituto Félix F. Bernasconi, basado en la teoría pedagógica de Joaquín V. González: la Geografía como base de toda enseñanza, que, si bien fue resistida por sus pares, fue el motor que impulsó la creación del museo, al cual dedicó 17 años de su vida en forma totalmente desinteresada y altruista.
En la ciudad de Córdoba y conjuntamente con su pariente y amigo el presbítero Doctor Juan Carlos Vera Vallejo y un grupo de notables comandó el grupo de señoritas que colaboraron activamente en la expatriación de los restos de su coterráneo y héroe de la independencia Castro Barros.
Fallece de un cáncer en la ciudad de la Rioja donde se hallaba de visita en el año 1950 dejando inconclusas algunas de sus mejores obras. En su memoria, la fecha de su fallecimiento (28 de mayo) se declaró como «Día Nacional de los Jardines de Infantes» y «Día de la Maestra Jardinera» en Argentina.