Día del Vecino: 11 de junio ¿Qué se celebra?

Última actualización febrero 23, 2019

Desde hace décadas, todos los 11 de Junio, se conmemora en Argentina El Día del Vecino por iniciativa de un grupo de vecinos del barrio de Villa del Parque, en la ciudad de Buenos Aires. La fecha fue instituida oficialmente en 1990 por decreto de la Ciudad bajo el nombre de «Día del Vecino Participativo». Así, cada año en la ciudad autónoma de Buenos Aires y en otros municipios de la Argentina suele distinguirse a los vecinos destacados de cada barrio, los que son propuestos por las distintas asociaciones e instituciones barriales y por los centros de gestión y participación de cada zona.

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La intención es destacar la importancia del trabajo en conjunto entre las organizaciones barriales, los vecinos y el Estado, junto a la presencia de asociaciones civiles, culturales y deportivas. Se trata de una idea de Romeo Raffo Bontá, quien desde la Asociación Vecinal de Villa del Parque, promovió cada año el festejo del Día del Vecino, evocando el aniversario de la segunda fundación de la ciudad de Buenos Aires, el 11 de junio.

Quienes viven en una misma cuadra suelen compartir preocupaciones e iniciativas cotidianas. Vecino es sinónimo de cercano, próximo o inmediato, de acuerdo al diccionario. En cambio, el código de familia de la organización Lenguas de Señas Argentinas explica que vecino no es tan sólo vivir cerca, lo que comúnmente se cree, sino también es estar cerca, no sólo física sino también afectivamente. Es estar junto al otro en cuerpo, mente y espíritu; poder lograr como comunidad proyectos y trabajos conjuntos, pasando de las posiciones individuales y particulares a los intereses comunes, generando capital social que es el primer tipo de capital que se debe conseguir antes para poder ser capaz luego de administrar cualquier otro tipo de capital.

«Si no hubiera sido por la ayuda de mis vecinos la cuadra donde vivo carecería de luz. No nos frecuentamos ni confideciamos pero nos juntamos para impulsar iniciativas que mejorarán nuestro lugar de residencia o para solucionar algún problema que nos involucra a todos», explicó Daniel Mendoza, quien cambió la cercanía de vivir recluido en un departamento céntrico por la lejanía y comodidad de una casa en uno de los barrios nuevos de Yerba Buena.

El orígen del vocablo “vecino”

Vecino fue una unidad de población utilizada en España para realizar censos por motivos fiscales. Cada vecino era una unidad familiar y se contabilizaba en esta al cabeza de familia, cónyuge, hijos, parientes, esclavos, etc. Para realizar la conversión de vecinos a habitantes, es habitualmente aceptada la transformación de 4 o 5 habitantes por vecino. Aunque no hay forma exacta de calcularlo, porque depende de las características poblacionales de cada zona. El carácter fiscal de estos censos llevó a que nobles, clérigos y gente de extrema pobreza, se quedaran en ocasiones fuera de esta contabilidad, por lo que los datos son aun más imprecisos. Fue utilizado hasta 1768, año en el cual el conde de Aranda ordenó a los obispos a recoger los datos de cada parroquia, indicando edad, sexo y estado civil.

La mutación

Pero más allá de cualquier concepto o definición, la naturaleza del vecino fue mutando en la misma medida que el lugar de residencia, la situación socio económica, los acontecimientos políticos y, por sobre todo, la realidad fue cambiando.

Antes los vecinos éramos más unidos. Pero desde que se agudizó la crisis socio económica y política del país la gente es más individualista. Carece de tiempo para ellos y por ende para los demás. Ahora en los barrios periféricos al centro se vive como extraños. Nadie sabe nada de nadie y más bien son muy escasos quienes se frecuentan.